sábado, 5 de diciembre de 2009

Carta a mi criatura...

México, Distrito Federal a 5 de Diciembre del 2009

Hola,

Hacía mucho que no me dirigía a alguien por medio de una carta. Y es que los medios electrónicos han menguado mucho la capacidad que tiene alguien para expresarse. Ahora, nos escondemos tras máscaras o pseudónimos de gente que aspiramos ser, pero no somos ni la mitad de eso.

Anoche quería contarte tantas cosas. Decirte lo que te espera. Las nuevas experiencias que vivirás y que tanto cambiará tu vida. Anoche, te vi diferente. Ya eras otra persona. Alguien que quería comerse el mundo a pedazos y que podía hacer todo por su propia cuenta. En ese momento, me di cuenta de que estabas listo.

Vi cuando te dormiste. Me deseaste buenas noches, y yo, cariñosamente te arropé y me acosté a tu lado para velar tu sueño. Sólo pasaron algunos minutos para que te quedaras dormido. Luego, te despertaste. Me preguntaste si seguiría a tu lado al amanecer. Yo... No supe que contestar. Me quedé impávida, sin poder responderte. ¿Era justo mentirte? ¿Decirte que ya no estaría ahí para cuando abrieras los ojos? Pero, imaginaba el daño que te haría, si al despertar, estuviera yo ahí.

Hay muchas cosas que quiero contarte, y creo que es el momento adecuado para hacerlo. Creo también, que una carta es la mejor manera de explicarte todo y de decir adiós.

Has cambiado. Cuando te conocí no eras más que un niño. Gustabas de divertirte y estar siempre con tus amigos. No te importaba el futuro ni mucho menos, lo que harías con tu vida. Sólo querías vivir el presente. El ahora. El mañana, podía irse a la basura. Me entristeció mucho esa actitud. Sabía que no estabas listo, pero cuando tu madre murió, vi un cambio radical en tu persona. Fuiste capaz de cimentar las bases de tu presente y ver tu futuro más claro. Comenzaste a hacer cosas que nunca me hubiera imaginado que fueras capaz. Y ayudaste a muchos otros cuando más te necesitaban. Eso, merecía una recompensa. Alguien tan valioso como tú tenía un don. Un don que debía perdurar para toda la eternidad. Y este, es mi regalo.

Cierra las ventanas, pues el sol puede matarte. Te sentirás cansado, pero es normal ya que nosotros dormimos durante el día. En el refrigerador, hay suficiente alimento para una semana. No la bebas toda, pues no sabes cuando podrás salir a cazar de nueva cuenta. La sed es insoportable al principio, pero estoy segura de que sabrás resistir. Tienes una gran fuerza de voluntad. Sólo mata lo que vayas a comer; No, más.

Tendrás que aprender a volar. Aún recuerdo que le temías a las alturas. Bueno, espero que esa fobia la logres superar, porque es uno de los más maravillosos regalos de ser como ahora eres. Evita las balas de plata, el agua bendita y las iglesias. Oh, es cierto. ¡Cómo odiabas ir a misa los domingos! Bueno, ya no tienes que ir. Ya que es perjudicial para tu salud.

Ahora eres mío. Mi linda criatura. Un ser que hará el bien y que prevalecerá para toda la eternidad. Espero, algún día podamos encontrarnos nuevamente en esta vida o en mucho tiempo más.

Con Cariño,

Lucy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ideas + Corazón = Obras Literarias

Un rincón para escupir todo lo que la mente trae y que merece ser contado.