jueves, 3 de septiembre de 2009

Pasos en la escalera o lo mejor de una vida

Cada vez que aprendo algo, me despierto de madrugada.
Y con aprender me refiero asumir a quién de mi familia, en realidad, le soy leal o cómo la violencia está en los detalles.
Aprendo y me despierto porque en mi escalera suena, inconfudible y diáfanos, un taconeo.
La casa entera está en silencio, la familia dormida y yo observo con los oídos.
Es un taconeo de alguien que viene hacia mí y se detiene frente a mis pies. Sólo se oye mi respiración.
Y mientras más avanzo en comprensión, en una vigilia consciente para que la muerte no me llegue durando, sino viviendo, más fuerte se escucha el taconeo.
A lo mejor estoy muerta y no me he dado cuenta.
Quizás no es aprendizaje sino una nostalgia retrospectiva.
O soy yo, la que me visito por las madrugadas, ahora que la traición o el maltrato ya no me tocan.

Ideas + Corazón = Obras Literarias

Un rincón para escupir todo lo que la mente trae y que merece ser contado.